FURIA

 

¿Cómo tomar tu FURIA?

1. ¿Qué tipo de viking eres? ¿Un guerrero experimentado? ¿Un veterano en los campos de batalla? ¿O tal vez un joven aprendiz en el arte de la lucha?

Antes de seguir, reflexiona sobre tu respuesta, pues la magia de "LAS FURIAS", ese elixir ancestral, tiene efectos diferentes sobre cada vikingo, dependiendo de su temple y su resistencia. Algunos, como los más viejos y sabios guerreros, poseen una resistencia férrea contra los encantos de este poder místico, fruto de años de batallas y victorias. Su cuerpo, curtido por el tiempo, es capaz de tolerar la fuerza de "La Furia" sin ceder ante su embrujo.

Otros, sin embargo, más inexpertos, caen bajo su influencia con solo un par de sorbos, como si fueran jóvenes reclutas frente al rugido de una bestia salvaje.

Para los jinetes veteranos, los que han cabalgado con valentía a través de mares y tormentas, es posible tomar una furia entera sin que su fuerza se vea comprometida. Las viejas historias hablan de guerreros que, en su máxima gloria, han tomado hasta tres furias en un solo día, desafiando a los dioses y sellando su lugar en las leyendas.

Sin embargo, para los más novatos o los que aún no han forjado su resistencia, se recomienda cautela. Limítate a beber no más de media botella de este brebaje feroz, y no menos de una cuarta parte, pues la fuerza de la furia puede ser demasiado para quien aún no ha conquistado sus propios límites.

  • Tras haber consumido tu dosis de "Furia", espera con paciencia, pues en el transcurso de una hora sentirás cómo la fuerza de la Furia se apodera de ti. Es entonces cuando tu espíritu se alza, como si volaras sobre los cielos estelares, desafiando a los dioses mismos. La magia de la Furia te llevará a nuevas alturas, más allá de los mares y las montañas, hacia un destino lleno de desafíos y gloria.
  • Para sentir "La furia", es sabio elegir un lugar tranquilo, donde los vientos sean suaves y el rugir del mar no interrumpa tu conexión con la bestia. Solo en calma podrás domar su poder y elevarte hacia los cielos sin temor. Si tu cuerpo está exhausto, no intentes tomarla, La Furia al sentir tu fatiga, te llevará no hacia las estrellas, sino a los brazos de Morfeo, el dios del sueño. Allí descansarás en un sueño profundo y reparador, pero no vivenciarás las alturas que la criatura puede ofrecerte.

  • Recuerda, guerrero, que montar a un dragón no es un acto de impulso, sino de respeto y preparación. Solo cuando tu alma esté en paz y tu cuerpo fortalecido, podrás volar con él hacia tierras lejanas, como los grandes héroes de antaño. ¡Que el viento y el fuego te acompañen en tu travesía!

  • La magia de La Furia puede perdurar entre 4 y 18 horas, dependiendo del coraje y la resistencia del vikingo. Por ello, es sabio que al amanecer siguiente no busques misiones complicadas ni desafíos que requieran toda tu energía, pues los efectos de su poder pueden nublar tu mente y debilitar tu cuerpo. Existen viejas leyendas que hablan de guerreros que, bajo el encantamiento del dragón, permanecieron sumidos en su hechizo durante dos o incluso tres días enteros, viviendo entre sueños y visiones, sin poder volver a la realidad de la batalla.

  • Si sientes que has perdido el control sobre tu Furia y su fuerza comienza a desbordarte, no entres en pánico, valiente guerrero. Nada temible ocurrirá; es tu mente, fatigada por el poder de la bestia, que te juega malas pasadas. Toma un trago de agua fresca, o leche, como la que te ofrece tu hogar tras una larga batalla. Si prefieres, elige tu bebida de confianza, aquella que has probado en los banquetes de tu clan.

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